No subestimes la importancia de Vocalizar.

¿No te ha pasado en alguna ocasión que no entiendes al actor o actriz de una película? ¿O quizá has tenido que pedirle a alguien que repitiera lo que acababa de decir? Esto me sucede en bastantes ocasiones, sobre todo con bastantes películas; y lamento afirmar que muchas de ellas son españolas. Los actores NO VOCALIZAN. Me pierdo un un batiburrillo de balbuceos que hacen que me descentre de la trama. A veces incluso no soy capaz de comprender esa frase clave, en el diálogo clave, en la escena clave… Todo el esfuerzo de atrezzo, de diseño de producción, de fotografía, de vestuario… En fin, todo lo que abarca una producción cinematográfica se va literalmente a la papelera. Pero, ¿cómo me puede pasar esto? Se ha de presuponer que estos actores y actrices han recibido una formación específica sobre actuación y también sobre declamación. No puede ser que Lope de Vega recite sus versos y declame su diálogo con la dejadez vocal con la que le escucho en la película. Lo siento, tenía que decirlo…

En mi experiencia profesional…

En mi práctica profesional he lidiado con textos complejos de todo tipo: narrativos, técnicos, descriptivos…, pero, independientemente de su complejidad fonética, lo más importante (tanto a la hora de enfrentarse a un texto, como de iniciar una conversación con otra persona) es la importancia de VOCALIZAR CORRECTAMENTE. La vocalización es uno de los elementos más importantes en la comunicación oral. Si no atendemos a este punto básico, todo lo demás pierde peso comunicativo. Ya, ya… me dirás que en época de pandemia, con la mascarilla todo el día cubriéndonos la boca, esto de que se nos entienda ha sido todo un triunfo. Pero, ahora que las cifras de ˝incidencia acumulada” -sempiterna perífrasis técnica que escuchamos en los medios de comunicación- ha descendido y podemos quitarnos tan molesto “bozal”, ya no hay excusas para no volver a ejercitar nuestros músculos faciales y abrir la boca como polluelos en el nido.

Hay muchos ejercicios para aprender a vocalizar, sobre todo en edades tempranas o niños que tienen alguna discapacidad que les impide la correcta expresión oral. En adultos pasa exactamente lo mismo. Por cierto, en el pasado mes de abril se ha celebrado el “Día Mundial de la Voz” y España ha participado con un artículo del Colegio de Logopedas de la Comunidad de Madrid.

3 BENEFICIOS BÁSICOS DE VOCALIZAR BIEN

1. Se nos entiende mejor.

El más comprensible, pero no por ello despreciable: se nos entiende mejor. Y entender mejor no significa que oigamos mejor. El volumen es importante, así como un contexto comunicativo favorable libre de ruidos e interferencias. Hasta aquí supongo que estás de acuerdo conmigo. Ahora: que te entiendan mejor ahorra tiempo y ahorra ambigüedades. Y estamos en una época en la que el tiempo es oro.

2. Nos expresamos correctamente.

¡No me digas Guillermo! Dirás.
Ya… pero, ¿has pensado si te importa la imagen que proyectas a través de tu voz y discurso? Podría definir a la voz como la carta definitiva de presentación, después claro está del aspecto visual o la presentación de la persona. Pero… (segundo “pero”) ¿Y si no hay contacto visual y simplemente se trata de una conversación telefónica o de audio? ¡Ajá! Ahora ya no hay traje o vestido que te salve de la primera impresión; ahora manda tu voz. Ahora tienes que vocalizar y demostrar que te expresas correctamente. Un segundo, que queda el tercer beneficio básico:

3. El mensaje llega nítido y claro.

¡Claro! El mensaje es lo que el receptor interpreta. Si no estás jugando al teléfono estropeado, entonces… vocaliza y seguro que todo irá de lujo a la primera. El mensaje cruzará ese canal y se llenará por sí mismo de luz y comprensión para el otro.

¡Recuerda siempre la importancia de vocalizar bien!

HABLEMOS DE LAS PAUSAS SIN PAUSA

Supongo que muchas veces irás con prisa. Esto es comprensible. Sin embargo, si te detuvieras en algún momento a lo largo de tu locución (ya sabes de los beneficios de hacer pausas dramáticas; esto otorga un nivel de autoridad extra)… si te detuvieras como decía, descubrirías que ya no hablas de forma acelerada, que se te entiende a la primera. Esto cualifica mucho mucho.

Las pausas también hacen que dosifiquemos nuestro esfuerzo fonético. Sí, sí: hay un esfuerzo fonético. Se dice que habitualmente pronunciamos en torno a veinte o treinta mil palabras es un solo día. ¿Te imaginas la cantidad de esfuerzo que soporta tu laringe y tu aparato respiratorio? Supongo que ahora entiendes a qué me refiero con eso del “esfuerzo fonético”…

Las pausas son necesarias y, si te acostumbras a realizarlas, mejorarás la comuniación con los demás, así como tu salud. Esto es científico.

NO NOS OLVIDEMOS DEL RITMO

La vocalización tiene mucha marcha… perdón, ritmo (disculpa, esto último ha sido ironía). Me enfoco al final de mi artículo para aconsejarte que realizar pausas favorece que nuestra declamación o lectura se torne más rítmica. ¿Qué conseguimos con esto? Pues caemos mejor a nuestro interlocutor. Su oído no sufrirá, le encantará escucharnos. Y esa melodía vocal nos diferencia positivamente, e incluso definitivamente. Nuestro oyente tiene más tiempo para asimilar nuestro mensaje.

Si quieres realizar la prueba tú mismo o tú misma, te dejo aquí un vídeo donde te podrás ver los beneficios de vocalizar.

Como profesional de la voz siempre siempre aconsejo: ¡antes de comenzar a hablar, acuérdate de la importancia de vocalizar bien!

Espero que te hayan servido mis consejos. ¡No te vayas sin dejarme tu comentario! Y muchísimas gracias por leerme.